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lunes, 5 de mayo de 2008

La nanotecnología se toma el mercado

CIENTÍFICOS de la Universidad de California anuncian que han logrado producir una luz brillante en agujas de cuatro micrómetros de largo (un micrómetro equivale a la millonésima parte de un metro). La firma británica Nanosight recibe su centésima orden de producción de su único sistema de rastreo de nanopartículas. La empresa Unidym anuncia el primer vuelo de un avión cuyo armazón está compuesto por nanotubos de carbono. El fabricante de componentes microscópicos WIT comienza la construcción de una nueva sede en Ulm, Alemania.

Son solo cuatro noticias publicadas en la última semana de abril en Azonano.com -una página que se promueve con el eslogan "de la A a la Z en nanotecnología"- y que ilustra la velocidad con que se mueve el floreciente campo de "lo diminuto" en la ciencia. Tan rápido, que con toda seguridad aquellos titulares ya estarán perdidos en la parte inferior de la pantalla en el momento en que se lea esta línea. O tanto, que la Academia Española, con inusual prontitud, aprobó recientemente la inclusión de una nueva palabra en el diccionario: 'nanotecnología', "tecnología de los materiales y de las estructuras en la que el orden de magnitud se mide en nanómetros, con aplicación en la física, la química y la biología".

El nanómetro es la milmillonésima parte de un metro, pero tal vez la comparación del físico Édgar González, director del Centro de Ciencia y Tecnología Nanoescalar, ilustra mejor las dimensiones: "Un átomo, que corresponde a una décima de nanómetro, es al tamaño de una manzana lo que la manzana es al tamaño del planeta Tierra". A esa escala se comienza a mover el futuro, y pocos ámbitos de la industria o del planeta parecen quedarse a salvo de este influjo.

En Colombia, el ingeniero Jorge Reynolds ha anunciado que a finales de 2008 habrá logrado desarrollar un marcapasos cardiaco del tamaño de un cuarto de un grano de arroz, a todas luces más cómodo que aquel que él mismo diseñó hace medio siglo, compuesto por una carretilla y activado con una batería de carro.
Fue también hace medio siglo cuando los historiadores dataron los inicios de la nanotecnología, tras una frase premonitoria del físico Richard Feynman en diciembre de 1959: "Hay mucho sitio al fondo". El futuro premio Nobel de Física hacía alusión a las dimensiones inexploradas de lo más pequeño. En efecto, cuando los microscopios lograron acercar sus objetivos a una escala cercana a las moléculas y los científicos fueron capaces de manipularlas -lo que podría considerarse el salto de lo 'micro' a lo 'nano'-, encontraron un mundo absolutamente nuevo, e incluso regido por leyes no equiparables a las de esta dimensión.

Tecnología ubicua

Más de 600 productos del mercado hoy son beneficiarios directos de la nanotecnología y el número aumenta a un ritmo de tres o cuatro por semana, según la firma Project on Emerging Nanotechnologies (PEN). Así que cualquier elección de los más interesantes siempre resultará caprichosa.

En la industria textil, por ejemplo, el "efecto loto", descubierto en 1977, ha permitido el desarrollo de prendas que no se mojan ni ensucian. El nombre viene de la hoja de esta planta, símbolo de la limpieza: cuando el agua cae sobre ella, queda como gotas de mercurio y resbala, llevándose la mugre que encuentra a su paso. El misterio reside en que la superficie de la hoja está compuesta por millones de pilares diminutos que impiden la adherencia de los líquidos, de modo que ruedan como una canica sobre una mesa. Hoy día, vidrios y pinturas se han valido de la misma estrategia para mantenerse siempre limpios.

Pero ese es un caso sencillo si se compara con otras aspiraciones de este campo de investigación. Como expresaba Édgar González durante una conferencia en la Universidad Jorge Tadeo Lozano en febrero pasado, "Lo que define a la nanofactura no es solamente la escala, sino la capacidad de los componentes para autoensamblarse y autoorganizarse". Así, pues, algunas de las propiedades de los materiales, como flexibilidad y dureza, se derivan justamente de la capacidad de sus átomos para "ponerse de acuerdo y organizarse colectivamente", señalaba el físico. Esto significa que si algún agente altera su forma, la misma naturaleza del elemento la recompone. Gracias a ese principio, el mercado cuenta hoy con pinturas que se autorreparan tras un rayón o vidrios que cicatrizan tras ser rotos.

¿Vida propia? Algo así, y de hecho la biología no solo es fuente de inspiración sino aliada de la nanotecnología, como lo demuestra el marcapasos que Reynolds desarrolla: no utilizará un juego de baterías para funcionar, sino que aprovechará la energía de las mismas mitocondrias del organismo.

La velocidad con que avanza la nanotecnología hace pensar que su revolución puede ser de proporciones similares a las que en su momento fueron el motor de combustión o la aparición de Internet.
Afectará de manera tan contundente tantos sectores, que sin duda planteará el crecimiento de unos y la extinción de otros. ¿Para qué detergentes si la ropa deja de ensuciarse? ¿Para qué latonería y pintura si después de un choque las latas vuelven a su posición inicial? ¿Para qué estanterías si un computador tan grande como un cubo de azúcar podrá almacenar todos los libros que una persona puede leer en una vida? La nueva era ya está encima. "Puedo asegurar que gracias a la nanotecnología el mundo será diferente en cinco años -dice Reynolds-. En 10 será
impredecible".

Nanomedicina

NANOPUENTE AURÍCULO-VENTRICULAR. Desarrollado por el equipo de Jorge Reynolds, será un marcapasos no más grande que una cuarta parte de un grano de arroz. Actualmente tiene el tamaño que se aprecia en la foto.

'NANOSHELLS' METÁLICOS. Al ser implantados en un organismo, sus electrones circundantes producen acciones determinadas, como emitir luz -lo que los convierte en faros útiles para diagnósticos- o absorber radiaciones y alcanzar altas temperaturas para eliminar células cancerígenas. También se han pensado como componentes de una técnica para el tratamiento de la diabetes. Al paciente se le implanta en el antebrazo una retícula con islotes pancreáticos que permanece cerrada la mayor parte del tiempo. Cuando el paciente necesita insulina, activa con un bolígrafo láser los nanoshells de la retícula y estos permiten la liberación de la hormona.

NANOPARTÍCULAS MAGNÉTICAS. Al ser inyectadas en los tumores y sometidas a un campo magnético, aumentan su temperatura y destruyen tumores.

FULERENOS. Poseen la capacidad de absorber la proteasa, una proteína indispensable para la replicación del VIH. Se proyectan como potenciales herramientas para transporte de fármacos y terapia por ultrasonido.

Visto en: Cambio.com

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